El mundo contra nosotros, lucha contra Fake News y TikTok con suscripción
Todo lo que querías saber del mundo de los influencers.
Hola, somos Juan Marenco y Natalia Alfonso y te presentamos Be Curious, un newsletter de Be Influencers. Acá vas a encontrar una recopilación de cosas que nos interesan, nos llaman la atención y, sobre todo, nos hacen pensar.
Top 3 de la semana
Hay creadores haciéndole juicio a Estados Unidos para salvar TikTok: Como ya contamos acá varias veces, Bytedance tiene la orden de vender TikTok en Estados Unidos o puede desaparecer en pocos meses. Bueno, algunos creadores decidieron ir a la justicia para defender la existencia de TikTok y, básicamente, su economía.
TikTok se lanza al modelo de suscripción: Si bien es para pocos mercados, ya vemos que TikTok permitirá cada vez más que existan suscriptores pagos a los creadores favoritos y así poder generar otra forma de ingreso para ellos. Instagram no viene logrando buenos resultados en su modelo, veremos si este es mejor.
Google lanza Youtube Health para luchar contra la desinformación: Que vivimos en un mundo de cada vez más fake news no debería sorprendernos, que las plataformas deberían ser las responsables de solucionar esto, tampoco. En ese sentido, nace Youtube Health en España con el objetivo de tener fuentes fidedignas y autorizadas. ¿El tema sería también borrar las noticias falsas?
Cultura de la Influencia
En estos días, vimos un contenido de @kulinaria.recetas que queremos traer a la mesa con ustedes. En él, la influencer propone una receta de barras de granola rellenas de cheesecake y frutilla saludable. Hasta ahí todo normal. La cuestión está en los comentarios de ese contenido que, en su mayoría, son críticas porque la receta es cara, porque la porción es chica o porque, según ellos, la receta no es saludable porque usa ingredientes como azúcar. El plot twist es que la influencer ni siquiera usa azúcar, sino edulcorante. Pero evidentemente pocos escucharon o leyeron realmente la receta antes de socavar ante el irresistible impulso de comentar una crítica. Otros usuarios, notaron lo mismo que nosotros y dejaron este tipo de comentarios:
Ya hemos hablado de este tipo de situaciones en el artículo de What about me effect donde decíamos que las personas se toman la For you page muy literal y que asumimos que todo debería aplicarse de alguna manera a nosotros, que deberíamos acomodarnos a nuestra situación personal y matizada. Nuestro objetivo para el día de hoy es, entonces, profundizar sobre esto y relacionarlo con la teoría del Mean World Syndrome acuñado por George Gerbner.
Qué caraj*s es el Mean World Syndrome quizás se estén preguntando. Bueno, en este video el propio Gerbner lo resume bastante bien. Gerbner comienza por el principio de la historia humana con una tesis muy parecida a la de Yuval Noaḥ Harari, que hemos mencionado varias veces en este newsletter: la especie humana es la única que construye su realidad a través de historias. Historias que nos hacen buscar ciertas cosas, y temerle a otras. Historias que pasan de generación en generación para que cuando las personas mueran, las historias permanezcan. Algunas de esas historias se transformaron en los grandes relatos que rigen a una sociedad, siendo la religión uno de los ejemplos más claros.
Durante la mayor parte de la historia humana, esas historias y relatos se contaban cara a cara y en comunidad porque, básicamente, no había otra manera. Las grandes instituciones como la iglesia, la familia y la escuela eran los encargados de perpetuar la llama de esas historias que construían nuestra manera de ver el mundo. El tema es que eso cambió. Uno de los principales problemas del postmodernismo es la caída de los grandes relatos. Hoy, los conceptos de fe o familia son conceptos subjetivos y hasta personales, que cada uno construye como mejor le parezca. Por supuesto que aún contamos con figuras como la del Papa, pero su influencia es mucho menor a la que tenía hace 50 años.
¿Y qué pasó en el medio? La Revolución Industrial y la masificación de la imprenta. Por primera vez en la historia, las narrativas que construyen nuestra realidad son producidas masivamente, el fordismo del storytelling si nos lo permiten. Gracias a esto, miles y miles de personas que no comparten nada comunitario y no tienen mucho en común, pueden ser alcanzadas por la misma fuente.
Luego, con la Revolución Eléctrica, vino la radio y después la tele, donde información, entretenimiento y consumo se unieron de manera casi perfecta, como el meme de Spiderman.
Sin embargo, hasta ese momento los emisores eran relativamente pocos. No hay lugar para todos en la programación, solo para algunos líderes de opinión que solían perpetuarse por años y décadas (véase cualquier periodista de medios tradicionales). Podríamos decir que el problema viene con la penetración de internet y las redes sociales, y su consecuente hiper fragmentación de la que tanto hemos hablado. Pero no. Vamos a decir que el verdadero problema surge con el éxito del modelo de negocios de TikTok (gritos de asombro).
Antes del 2020 y el éxito de TikTok, nosotros elegíamos qué ver en redes sociales siguiendo a personas, medios o marcas. En TikTok, Reels o Shorts nosotros no elegimos qué vemos, sino que lo elige el algoritmo, a quien no le importa demasiado a quién seguís y no necesariamente te va a mostrar contenido de esas cuentas. Jack Conte lo explica muy bien en su charla del SXSW titulada Death of the Follower & the Future of Creativity.
El meollo de la cuestión acá es que esos algoritmos funcionan tan bien que saben mejor que nosotros qué es lo que queremos ver y nos da una sensación de que sí estamos eligiendo qué vemos, cuando en realidad no lo hacemos. Por algo el tiempo promedio en pantalla de TikTok es de 90 minutos, mientras que el de Instagram es de 30. El éxito del modelo de negocios de TikTok fue el crecimiento exponencial del tiempo en pantalla de los usuarios (con la ayudita del COVID 19 y el mundo guardado en cuarentena).
El hecho de que tengamos esa sensación de que elegimos qué estamos viendo cuando en realidad lo hacemos cada vez menos, profundiza las cámaras de eco que Wikipedia define como “un fenómeno en medios de comunicación y redes sociales en el que los participantes tienden a encontrar ideas que amplifican y refuerzan sus propias creencias” . Esa percepción de “todos piensan como yo y todos quieren lo que quiero yo y el otro es el enemigo” genera un comportamiento casi heroico de querer “iluminar al resto y hacerles ver LA REALIDAD”. Puede sonar grandilocuente pero, volviendo al inicio del artículo, lo podemos ver en algo tan mundano como una receta de barras de granola en donde los profetas internautas alertan al resto de los pobres inocentes que esa receta no es saludable porque usa azúcar, cuando no se usa azúcar y realmente no prestaron atención al contenido.
El What about me effect se combina con el Mean World Syndrome: esperamos que todo lo que vemos en redes sociales afirme nuestras creencias y todo lo que esté por fuera de eso es malo y erróneo, porque así me lo demuestra lo que veo en TikTok. Y esto va desde una búsqueda de validación de que estoy comiendo sano hasta la validación de mi ideología política.
¿Qué pasa entonces con las narrativas que explican nuestra realidad y que nos hacen seres humanos? Bueno, un quilombo. Lo vemos en las sociedades que hoy están un poquiiito polarizadas. Solo hay buenos y malos, sin nada en el medio.
Be Influencers recomienda
Para continuar con el tema, queremos recomendarles el libro La crisis de la narración de Byung-Chul Han, autor que hemos mencionado también varias veces acá. En este nuevo libro, Han analiza la relación entre narración e información, la comercialización del storytelling y la necesidad de volver a tener historias en común para encontrar algún tipo de sentido. Tiene 100 paginitas, así que lo pueden leer en un solo día si están inspirados ;)
Gracias por leernos. Nos pueden encontrar en Instagram como @juanmarenco y @nati.alfonsoo. ¡Hasta la semana que viene!