Generación de cristal, The Bear y stack-dating
Todo lo que querías saber del mundo de los influencers.
Hola, somos Juan Marenco y Natalia Alfonso y te presentamos Be Curious, un newsletter de Be Influencers. Acá vas a encontrar una recopilación de cosas que nos interesan, nos llaman la atención y, sobre todo, nos hacen pensar.
Top 3 de la semana
Stack-dating, la nueva tendencia de las citas: Según Tinder, la nueva forma de tener citas y conocer gente para las personas entre los 18 y 25 años. ¿Qué significa? Que en vez de las grandes citas en bares y restaurantes, son juntadas más efímeras, con menos preparación, para salir a caminar o tomar un café. Una vuelta a conocer gente sin tanto makeup.
TikTok se pone goloso: Hace unos meses hablamos acá del enshittication, es decir, como las plataformas van cambiando hasta ser malas para sus usuarios y sus clientes. Bueno, ahora TikTok estaría pensando en bloquear los enlaces externos a tiendas online para aumentar sus ventas en EEUU. ¡No lo hagas TikTok!
Youtube shorts trae el streaming vertical: Sigue la batalla por la atención y las herramientas para creadores. Primero fue TikTok y ahora Youtube permite el stream en formato vertical. Lo llamativo es que, así como tuvimos un pico de vivos en Instagram que ahora ya no existen más, en TikTok son cada vez más frecuentes. Veremos qué pasa en Youtube.
Cultura de la Influencia
Hace unos meses se puso de moda un video de TikTok de un tipo de unos cuarenta años que imitaba a las distintas generaciones frente a golpearse el hombro contra el marco de una puerta, ¿se acuerdan? Se pasaba desde el boomer que era un macho alfa hasta la Genz que exageraba el dolor hasta casi llorar.
Si hay algo que se traslada de generación en generación como un mantra imposible de modificar es mirar a los que nos siguen como más débiles, más llorones, más quejosos y más un montón de cosas que hacen suponer que “las generaciones vienen cada vez peores”. Por supuesto que no es algo general, nos dirán, pero no van a negar que es una generalidad bastante instalada.
En ese camino ya hace varios años que se llama a la gen z como “generación de cristal”. El término lo inventó la filósofa española Montserrat Nebrera para identificar a los hijos de la Generación X que tuvieron bastantes carencias y en cambio sus hijos, nacido en la época de la crianza respetuosa, son relacionados al cristal debido a la fragilidad emocional que los caracteriza y se ve en cosas como:
Poca tolerancia ante la crítica y la frustración.
Fragilidad de carácter gracias a la sobreprotección.,
Inseguridades.
Inestabilidad emocional y baja tolerancia a la frustración.
Baja autoestima.
etc
Eso dice Nebrera al menos.
La jerga popular no se diferencia mucho de eso, se les critica el poco compromiso con sus trabajos, con sus vínculos afectivos, su hipersensibilidad, su progresismo casi extremo algo que Caroline Fourest llamó Generación Ofendida. Hasta hace nada, días, semanas, la Generación Z estaba exclusivamente asociada a un movimiento que parecía muy lineal y que igualaba a la juventud con el lenguaje inclusivo, las causas sociales, el veganismo, el cuidado del medio ambiente, la diversidad de género y un vínculo flexible con las responsabilidades.
Hasta hoy.
Esa misma generación es la que hoy en la Argentina está liderando y reivindicando un cambio político más conservador que justamente va en contra de todos esos valores supuestamente homogéneos. No solo eso, sino que vemos a muchos referentes de esa generación que empiezan por primera vez a mostrar diferencias públicas y aparecen grietas en donde supuestamente antes había una linealidad. De repente el lenguaje inclusivo, la diversidad, el medioambiente y el veganismo son criticados y burlados ya no por los X y los boomers sino por los mismos jóvenes.
¿Y entonces?
La primera conclusión a la que podemos llegar es que las generalizaciones no son tan fáciles y que la historia no es tan lineal como para poder homogeneizar y sintetizar una generación entera en una sóla frase. Quizás Montserrat Nebrera se apuró en esa definición, incluyó particularmente a hijos de la clase media o clase media alta y no previó que esa misma generación, nacida en cierta bonanza económica, iba a ser parte de una crisis económica que se está estirando muchos años, de una pandemia que nos encerró y de una incipiente guerra en Ucrania que amenaza con expandirse en el corto plazo. Una generación que está viviendo el verdadero sueño de Johnny Rotten: No Future.
Y a esto Juan le quiere sumar una pregunta, una reflexión o una provocación, como quieran llamarlo: ¿quiénes son los más obsesionados en criticar a la GenZ y decirles “de cristal”? Los Millennials, o el fin de la X y los Millennials, los nacidos entre fines de los 70 y los 80, una generación nacida después de una crisis política, institucional y económica muy grande, que fue criada en el exceso de la convertibilidad que, si bien tuvo muchísimos perdedores, tuvo un relato generacional de excesos económicos, fiesta y modernización del país dominante.
Y esa generación, la de Juan, la que peleó por ser distinta, por vestirse de negro, usar pelo largo y masificar el rock, por salir del yugo paternal para ser libres, la que superó el 2001, la que fue señalada por la X como una generación de vagos, sucios y peligrosos por sus gustos, hoy repite la conducta. Pero no solo eso, sino que esa liberación de una crianza más rígida los transformó en padres más flexibles y quizás sean (seamos, esto lo está escribiendo Juan, ya se dieron cuenta) los principales responsables de la cristalidad a la que acusamos a nuestros hijos.
Nosotros somos los que tenemos poca capacidad de frustración y le quitamos la autoridad al colegio yendo a quejarnos después de cada pequeñez, nosotros somos los que queremos ser más amigos de nuestros hijos que padres, nosotros somos los que nos ofendemos por el lenguaje inclusivo justificandonos con la RAE, nosotros somos los que no toleramos la frustración, nosotros somos los que nos sentimos ofendidos por la música que escuchan nuestros hijos y decimos que es una basura. ¡Nosotros! Los mismos que peleábamos por escuchar a los Ramones, los que inventábamos palabras y modismos y nos cagabamos en la RAE, los que les decíamos viejos vinagres a los demás.
¿No deberíamos aprender que escuchar a los jóvenes no significa opinar como ellos? ¿No deberíamos ser la generación que lidere ese cambio y permita entender que una cosa es la autoridad y otra el autoritarismo?
¿No seremos nosotros entonces la verdadera generación de cristal?
Be Influencers recomienda
El recomienda de hoy no tiene nada que ver con el cultura, o si, no sabemos, ustedes dirán. Les pedimos encarecidamente que vean The Bear, por Star+, una serie sobre un chef Millennial (je) que vuelve a su ciudad para hacerse cargo del restaurante de hermano recientemente muerto.
Tiene dos temporadas, capítulos cortos, y si trabajás en publicidad o marketing, creemos, les va a gustar.
Gracias por leernos. Nos pueden encontrar en Instagram como @juanmarenco y @nati.alfonsoo. ¡Hasta la semana que viene!